Por Raquel Pozzi. Profesora en Historia y analista de política internacional
Habiendo planteado en la I parte en forma genérica hechos sobresalientes de Trump-Putin-Maduro y Kim Yong Un, es inevitable trasladarnos hacia las zonas más candentes del planeta: El Magreb, Marshreq árabe y estados o regiones gobernadas por teocracias islámicas.
Desde la proclamación del Estado islámico (2014) el mundo ha padecido todo tipo de atentados por lobos solitarios o los “inghimasi” (los que están más allá de la muerte) pero el centro de la guerra fue en Siria/Irak dónde de forma confusa y con alta voltaje de felonía, desde Alepo, Raqqa y Mosul las fuerzas militares que enfrentaban al mismo enemigo encontraban en sus visores iguales y distintos objetivos: el ejército sirio; el ejército árabe sirio; ejército ruso; fuerzas Kurdas; Aliados y OTAN, ejército árabe saudí y los iraníes, iban tras el ISIS/DAESH/EI ya que no respetaban comunidades musulmanas shiíes; Sunníes o Jariyitas y mucho menos cristianos coptos, ortodoxos, maronitas, protestantes, y otros.
No obstante las alianzas que se tejieron a favor del presidente sirio Bassar Al Assad fueron reprochadas por una parte del mundo internacional quien no gozaba de transparente reputación ya que los Assad fueron duramente criticados por práctica de nepotismo jaspeados por la primavera árabe.
En el escenario enmarañado por distintas fuerzas luchando contra el EI, el presidente turco Recep Erdogan arriesgaba de forma lúdica su pellejo, apoyando por un lado a Al Assad pero por el otro al Daesh por la funcionalidad que éstos representaban si combatía al ejército Kurdo y por ende echaban por tierra la eterna historia separatista kurda en Turquía/Irak/Sira e Irán. Lo cierto es que en la captura de la foto final de la derrota del ISIS el abrazo de Bassar Al Assad y Vladimir Putin enrojeció de furia a Trump, la respuesta no tardó en llegar, en las últimas horas Trump anunció la venta de misiles antitanques a Ucrania con intenciones disuasivas, Donald se inmiscuye en la política exterior de Putin quien acarrea más de 10.000 muertos en el conflicto con Ucrania no sólo por nacionalismos sino por fuertes intereses económicos: neutralizar la compañía ucraniana Naftogaz para utilizar con exclusividad los gasoducto North Stream y el Sur Stream en el Mar Negro como únicas vías directas de gas y petróleo hacia Alemania resto de Europa.
El juego del miedo en la Península Árabiga
Los saudíes acomodaron los muebles de su casa, la casa de los Saud, el rey Salman Bin Abdulaziz con célebre astucia nombra heredero al príncipe Mohamed Bin Salman. Las túnicas blancas comenzaron a teñirse de rojo con las purgas políticas en el seno de la dinastía prosiguiendo con la misma táctica de arremeter contra todo el que se subleve y borrar de la faz de la península arábiga a los Hutíes en la República de Yemen en un contexto de traiciones y virajes del ex presidente Alí Sale, Ali Salim Al Beith y Mansur Hadi.
A estas alturas lo único que importa son los números 3 millones de yemeníes abandonaron el país, 18 millones en situación de crisis humanitaria, 7 millones padecen hambruna, 400 mil padecen malnutrición y otros 500 mil niños enfermos de cólera, Yemen está condenada a las garras del olvido pero la sospecha que sobrevuela en la región es que el aliado de los hutíes es Irán, liderada por Alí Jamenei y presidida por Hasan Rohani quienes consideran que es urgente ejercer hegemonía por tierra y mar en la Península en plena disputa con Arabia Saudí. Habida cuenta de la premura Irán puso en marcha el juego de liderazgo cuando Catar fue bloqueada por Arabia Saudí, Emirato árabes, Egipto y Bahréin; tutelando a Catar y confinándolo a ser otro de los sospechados de financiar el terrorismo en la región; pero vayamos al punto, el envite fue pasarse el balón de la desgracia de los yemeníes entre iraníes y saudíes para reinar no sólo en tierra sino en los mares Arábigo y Rojo con el dominio del estrecho de Ormz, el golfo de Adén y el ingreso al Mar Mediterráneo por el canal de Suez, como también controlar a Yibuti dónde se encuentran la base militar estadounidense con la incorporación de China.
Pekín entra en juego: Ji Xinping puso en marcha la construcción de la Ruta de la seda versión II extendiendo sus tentáculos hacia Kazagistan; Laos; Camboya; Sri Lanka; Banghadesh; Birmania y diferentes estados en África. El Neocolonialismo chino del S. XXI ya ha destinado más de 55.000 millones de dólares para la construcción de carreteras, puertos y ferrocarriles que le permita circular sus productos hacia Europa, Asia y África. Por esta razón, Xinping esperaba la solución del conflicto de Siria/Irak, ruta imprescindible para llegar al mar Mediterráneo y mar Negro. Todo calculado, Pekín empieza a rozar los talones de los EEUU.
Lo que vendrá
América Latina ha demostrado la consolidación del viraje hacia la derecha y centro-derecha, las causas las pueden ordenar los lectores: desde el desgaste de personalismos progresistas hasta la corrupción enquistada. El actual escenario con el dominio de la centro-derecha implica observar quienes gobiernan en Brasil; Argentina; Honduras; Perú; Colombia; y las elecciones en Chile que dieron ganador a Piñera. ¿Impericia de la heterodoxia o astucia de la ortodoxia? Mientras tanto EEUU se protege económicamente, se cierra, forma precios, genera pánico con las guerras declaradas y tendrá desafíos importantes dentro de las entrañas del republicanismo.
El año 2018 será muy candente con más de 40 elecciones de candidatos y renovación de parlamentos en el mundo, entre ellos: F. Rusia (V. Putin como el gran favorito) Venezuela (Maduro y el unipartidismo); Brasil, Colombia, Egipto (Al-Sisi como favorito) Italia, Irak Y Pakistán con elecciones parlamentarias y otros. Mientras el mundo renueva algunos pelajes políticos no puedo dejar de mencionar 7 hechos fundamentales del año 2017 que ensombrecerán al 2018: Las limpieza étnica de Rohingyás;
La inmigración y refugiados por el Mediterráneo; la fortaleza de Al-Qaeda con el apoyo de Al-Shabab y Boko Haram; los talibanes ganado terreno en Afganistán y Pakistán; el desafío global del ciber-terrorismo; las amenazas de Pyongyang y el tremendo atolladero en el cual sumergió al mundo el anuncio de D. Trump como capital de Israel a Jerusalén eterno problema entre Israel, árabes y musulmanes.
El año 2018 advierte y alerta sobre movimientos azarosos y peligrosos requiriendo la urgente reconfiguración de la ONU ya que ni resoluciones ni bloqueos económicos ni demagógicos llamados a la paz cohibirán el deslumbramiento cuasi infantil para acometer el más estúpido fetichismo: ser el primero en apretar el botón rojo.